lunes, 9 de noviembre de 2009

CRÓNICA DEL CIDEPROF BAYRES, SOBRE LAS VIVENCIAS EN EL ANEXO DEL H.C.N. AL TRATARSE EL HOMOMONIO O MAL LLAMADO MATRIMONIO HOMOSEXUAL


El día 5 de noviembre (tal como habíamos acordado), nos reunimos en el Anexo de la Cámara de Diputados en el Plenario de las comisiones de Legislación General y Familia. Allí nos encontramos con una gran cantidad de defensores del proyecto de ley, entre los cuales se encontraban la presidente del INADI María José Lubertino -que lo único de católico que tiene es su nombre- y representates del CHA.

Empezó el “debate” alrededor de las 11Hs, con las palabras de Vilma Ibarra, la presidente de la Comisión de Legislación General (aunque ella se denominaba “presidenta”, por lo cual, nuestro querido amigo Hugo Verdera diría que es “inteligenta”), la cual aclaró muy bien las reglas del juego, pero fue la primera que no acató sus propias órdenes, ya que cada vez que nosotros, los defensores de la familia, aplaudíamos a los que realmente estaban en contra de este proyecto sin sentido, la misma nos miraba con cara de desprecio y enseguida nos hacía callar, mientras que cada vez que alguno de los expositores pro-gay, decía algo que a ellos les gustaba, lo aplaudían hasta que a la presidente se le ocurría hacerlos callar.
Los charlatanes que expusieron sus argumentos a favor del proyecto de ley (incluidos varios opinólogos, entre los que hubiera encuadrado muy bien Diego Maradona…), redundaban siempre en las mismas palabras sin fundamento.
Inclusive, cosa que decían, la contradecían al rato. Nada más por citar a un invitado proveniente de Cuba (al cual lo habrá corrido Fidel y que al igual que un par de especimenes llegados de España, no sabíamos que hacían ahí…), este dijo que a los heterosexuales también se los podría tratar en su "enfermedad" para que se hagan homosexuales, luego de que uno de los expositores declarara que la homosexualidad era una desviación que podía ser tratada psicológicamente, y que casi fue abucheado…
Cabe destacar también que los tiempos de exposición tampoco fueron parejos. Mientras que los amigos de los gays podían hablar hasta 20 minutos, los defensores de las familias bien constituidas, hablaban 10 minutos y ya los presionaban para que “vayan redondeando”…
Como verán, era un clima de total igualdad y pluralidad…
Todo esto al margen de las incesantes provocaciones de los “hombrecitos” enamorados…
En balance, estamos felices de haber participado de esa reunión, y no porque la hayamos pasado bien, sino porque aunque fuimos la minoría, nos presentamos y apoyamos a quienes tenían la convicción de que la única forma de familia que existe y debe gozar de derechos, es la conformada por un hombre y una mujer.
El problema es que, a pesar de que pudimos dar nuestros argumentos, poco fueron escuchados. Es más, se podría decir que los omitieron totalmente como si no hubieran existido al dar las conclusiones…
Porque la idea no es dialogar. La idea es imponer la ley, y el debate era una pantalla como para decir que se escucharon opiniones distintas (aunque los que fuimos sabemos muy bien que nuestros fundamentos no son opiniones, son VERDADES).
Roguemos a Dios que esto que quieren imponer, así como tantas cuestiones implícitas como la futura adopción de niños por parte de uniones homosexuales, nunca pasen de ser un debate…
Y si llega a concretarse esta ley, ¡qué Dios se apiade de nosotros!

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